Materialismo Filosófico. Es la ruptura con el idealismo y la afirmación del materialismo. Este
materialismo filosófico ataca la religión y la teología al igual que la metafísica en el sentido de
especulación ebria, a diferencia de la filosofía sobria. Este materialismo tiene la idea de ver la
materia como traducida en la cabeza del hombre, y afirma, que la unidad del mundo no consiste en
su ser. La unidad real del mundo consiste en su materialidad que tiene su prueba en el largo y
penoso desarrollo de la filosofía y las ciencias naturales. El movimiento es la forma de existencia
de la materia; jamás ni en parte alguna ha existido ni puede existir materias sin movimiento, ni
movimiento sin materia.
Para este materialismo filosófico el pensamiento y la conciencia son
producto del cerebro humano y con el hombre no es más que un producto de la naturaleza que se
ha formado y desarrollado en su ambiente y con ella. Este materialismo filosófico era
predominantemente mecánico y no tenía en cuanta los últimos progresos de la química y la biología, ni tenía un carácter histórico ni dialéctico, sino metafísico en el sentido antidialéctico, y no
mantenía de un modo consecuente ni en todos sus aspectos el criterio de la evolución en el que
concebía la esencia humana en abstracto y, no como el conjunto de las relaciones sociales
históricamente concretas y determinadas. Es esta la razón por la cual no hacía más que interpretar
el mundo, cuando en realidad se trata de transformarlo, es decir, en que no comprendía la
importancia de la actuación revolucionaria práctica.
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