jueves, 21 de noviembre de 2013

Procesos cognitivos - III

3.3 Pensamiento 

La información que fue atendida en algún momento, es información de la que disponemos para realizar varias operaciones mentales. Una operación básica es el pensamiento, que puede definirse como la actividad por la cual podemos manipular la información que disponemos del mundo externo. Cuando pensamos traemos a la conciencia la información que en algún momento se ha recogido del mundo externo. Pero esta información no se mantiene de forma estática, el pensamiento nos permite modificar las representaciones que hemos creado del mundo externo, uniendo dos eventos diferentes, transformando una figura, creando una escena nueva, etc. Estas transformaciones son posibles gracias a que el pensamiento maneja la información desde tres elementos básicos, a) Los conceptos, b) las proposiciones y c) las imágenes. 
a) Los conceptos. Toda la información que vamos recogiendo del mundo externo es organizada en categorías. Estas categorías nos permiten comprender la realidad a partir de parámetros comunes, es decir que cuando conocemos un nuevo objeto, éste es comparado con las categorías que ya se han creado antes y se incluye el nuevo objeto en la categoría con la que tiene más elementos comunes. Estos conceptos son básicamente definiciones abstractas, en algunos casos son compartidos con otras personas y en otros casos son conceptos propios, creados en base a las propias experiencias. 
b) Las proposiciones. Cuando los conceptos se vinculan entre sí formando ideas más complejas, se producen las proposiciones. No implica que los conceptos modifiquen su sentido cuando son vinculados con otros, por lo contrario, se mantiene independientes, lo que permite también que en otro momento puedan unirse a otros conceptos diferentes y formen nuevas ideas. 
c) Las imágenes. Gran parte de la información de la que disponemos y que utilizamos en el pensamiento no se encuentra como un concepto o como una idea, sino que es la representación mental (algunas veces con gran fidelidad) del objeto real, es decir que creamos una copia del objeto y lo guardamos tratando de conservar sus cualidades más importantes. 
El razonamiento. Una actividad un poco más compleja y desarrollada que realizamos a partir del pensamiento es el razonamiento, el mismo que puede definirse como la actividad mental mediante la cual es posible transformar la información de la que se dispone para extraer conclusiones.
Según la información que se maneje en el razonamiento y la calidad de esta información, el razonamiento puede ser formal o cotidiano. En el razonamiento formal se sigue un método específico, se contrastan las premisas existentes, que además han sido comprobadas previamente y se obtiene una conclusión que difícilmente es errónea, ya que tanto la forma como el contenido han sido cuidadosamente verificados. Sin embargo, en el razonamiento cotidiano se utiliza una gran cantidad de premisas, no todas ellas han sido contrastadas y muchas de ellas han sido formuladas en base a experiencias pasadas. Por otra parte, no hay un método específico y en base a todas estas condiciones, el razonamiento cotidiano puede llevar a emitir juicios y conclusiones erróneas. No siempre será así pero es importante considerar las diferencias con el razonamiento formal, de esta forma será posible controlar su proceso y alcanzar mejores resultados.

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