3.3 Pensamiento
La información que fue atendida en algún momento, es información de la que disponemos para
realizar varias operaciones mentales. Una operación básica es el pensamiento, que puede
definirse como la actividad por la cual podemos manipular la información que disponemos del
mundo externo.
Cuando pensamos traemos a la conciencia la información que en algún momento se ha recogido
del mundo externo. Pero esta información no se mantiene de forma estática, el pensamiento nos
permite modificar las representaciones que hemos creado del mundo externo, uniendo dos
eventos diferentes, transformando una figura, creando una escena nueva, etc. Estas
transformaciones son posibles gracias a que el pensamiento maneja la información desde tres
elementos básicos, a) Los conceptos, b) las proposiciones y c) las imágenes.
a) Los conceptos. Toda la información que vamos recogiendo del mundo externo es organizada en
categorías. Estas categorías nos permiten comprender la realidad a partir de parámetros comunes,
es decir que cuando conocemos un nuevo objeto, éste es comparado con las categorías que ya se
han creado antes y se incluye el nuevo objeto en la categoría con la que tiene más elementos
comunes. Estos conceptos son básicamente definiciones abstractas, en algunos casos son
compartidos con otras personas y en otros casos son conceptos propios, creados en base a las
propias experiencias.
b) Las proposiciones. Cuando los conceptos se vinculan entre sí formando ideas más complejas, se
producen las proposiciones. No implica que los conceptos modifiquen su sentido cuando son
vinculados con otros, por lo contrario, se mantiene independientes, lo que permite también que
en otro momento puedan unirse a otros conceptos diferentes y formen nuevas ideas.
c) Las imágenes. Gran parte de la información de la que disponemos y que utilizamos en el
pensamiento no se encuentra como un concepto o como una idea, sino que es la representación
mental (algunas veces con gran fidelidad) del objeto real, es decir que creamos una copia del
objeto y lo guardamos tratando de conservar sus cualidades más importantes.
El razonamiento. Una actividad un poco más compleja y desarrollada que realizamos a partir del
pensamiento es el razonamiento, el mismo que puede definirse como la actividad mental
mediante la cual es posible transformar la información de la que se dispone para extraer
conclusiones.
Según la información que se maneje en el razonamiento y la calidad de esta información, el
razonamiento puede ser formal o cotidiano. En el razonamiento formal se sigue un método
específico, se contrastan las premisas existentes, que además han sido comprobadas previamente
y se obtiene una conclusión que difícilmente es errónea, ya que tanto la forma como el contenido
han sido cuidadosamente verificados. Sin embargo, en el razonamiento cotidiano se utiliza una
gran cantidad de premisas, no todas ellas han sido contrastadas y muchas de ellas han sido
formuladas en base a experiencias pasadas. Por otra parte, no hay un método específico y en base
a todas estas condiciones, el razonamiento cotidiano puede llevar a emitir juicios y conclusiones
erróneas. No siempre será así pero es importante considerar las diferencias con el razonamiento
formal, de esta forma será posible controlar su proceso y alcanzar mejores resultados.
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