2.2 Estructura del sistema nervioso
El sistema nervioso se divide básicamente en: a) El sistema nervioso central y b) El sistema
nervioso periférico. Si bien ambas son importantes en el conjunto del comportamiento humano,
es el sistema nervioso central donde se realizan de forma integradora las funciones psicológicas
más importantes.
El sistema nervioso central está conformado por el encéfalo y la médula espinal. El encéfalo a su
vez está compuesto por: a) El cerebro, b) El diencéfalo, c) El mesencéfalo, d) El cerebelo, e) La
protuberancia, y f) El bulbo. A continuación se verán algunos aspectos significativos de estas
partes pero no en detalle, ya que desde la psicología, el sistema nervioso cobra mayor importancia
por su función y relación con la conducta que por su estructura anatómica.
El cerebro está compuesto por dos lóbulos o hemisferios cerebrales, éstos están conectados por el
cuerpo calloso, una estructura que a través de fibras nerviosas permite el cruce de información de
un hemisferio al otro hemisferio.
El diencéfalo es una estructura bastante amplia y difícil de delimitar, sin embargo, dos partes o
estructuras muy importantes que se encuentran en él son el Tálamo, que se encuentra en la base
central del encéfalo y se ocupa de transmitir las señales sensitivas a la corteza y de las funciones
analíticas sensitivas: y el Hipotálamo, órgano que se encuentra en la parte inferior del tálamo y
controla las funciones corporales internas, y se cree que es el centro de las emociones.
El mesencéfalo se conoce también como cerebro medio. Sirve para conectar con el encéfalo y la
médula espinal y regula gran parte de las funciones internas con repercusiones externas, como el
tono muscular, los movimientos oculares, las reacciones motoras a los sonidos, etc.
El cerebelo, la protuberancia y el bulbo, conforman entre los tres, el tallo encefálico; esta sección
más compleja, se encuentra ubicada en la sección posterior de la cavidad craneana. Este conjunto
se encarga de dirigir, hacia arriba y hacia abajo, varias fibras que llevan y traen información
sensitiva y motora de la médula espinal. Esta estructura es en realidad un puente que conecta
hacia arriba el cerebelo con el cerebro y hacia abajo el cerebelo con la médula espinal.
La médula espinal se extiende desde el cerebelo hasta la segunda vértebra lumbar.
Estructuralmente está conformada por materia gris (en su parte más interna), materia blanca
(rodeando la materia gris), tractos sensitivos largos (fibras nerviosas a lo largo de la médula) y
nervios espinales que se extienden hacia los lados y hacia abajo. Como se trata de una parte muy
delicada, la médula espinal se encuentra protegida por la cavidad craneana (en la parte superior) y
por el canal vertebral, que incluye vértebras cervicales, dorsales y algunas lumbares. La médula
espinal es tan delicada que no entra en contacto con las paredes de la cavidad por donde se
extiende, flota en medio del líquido cefalorraquídeo. Desde la médula espinal, por entre los
espacios de cada vértebra, salen los nervios espinales, fibras nerviosas que sirven para conectar la
médula (y por tanto el cerebro) con el resto del organismo, ya sea a través de las fibras aferentes o
eferentes.
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