viernes, 15 de noviembre de 2013

Bases biológicas de la conducta - II

2.2 Estructura del sistema nervioso 

El sistema nervioso se divide básicamente en: a) El sistema nervioso central y b) El sistema nervioso periférico. Si bien ambas son importantes en el conjunto del comportamiento humano, es el sistema nervioso central donde se realizan de forma integradora las funciones psicológicas más importantes. 
El sistema nervioso central está conformado por el encéfalo y la médula espinal. El encéfalo a su vez está compuesto por: a) El cerebro, b) El diencéfalo, c) El mesencéfalo, d) El cerebelo, e) La protuberancia, y f) El bulbo. A continuación se verán algunos aspectos significativos de estas partes pero no en detalle, ya que desde la psicología, el sistema nervioso cobra mayor importancia por su función y relación con la conducta que por su estructura anatómica. 
El cerebro está compuesto por dos lóbulos o hemisferios cerebrales, éstos están conectados por el cuerpo calloso, una estructura que a través de fibras nerviosas permite el cruce de información de un hemisferio al otro hemisferio. 
El diencéfalo es una estructura bastante amplia y difícil de delimitar, sin embargo, dos partes o estructuras muy importantes que se encuentran en él son el Tálamo, que se encuentra en la base central del encéfalo y se ocupa de transmitir las señales sensitivas a la corteza y de las funciones analíticas sensitivas: y el Hipotálamo, órgano que se encuentra en la parte inferior del tálamo y controla las funciones corporales internas, y se cree que es el centro de las emociones. 
El mesencéfalo se conoce también como cerebro medio. Sirve para conectar con el encéfalo y la médula espinal y regula gran parte de las funciones internas con repercusiones externas, como el tono muscular, los movimientos oculares, las reacciones motoras a los sonidos, etc. 
El cerebelo, la protuberancia y el bulbo, conforman entre los tres, el tallo encefálico; esta sección más compleja, se encuentra ubicada en la sección posterior de la cavidad craneana. Este conjunto se encarga de dirigir, hacia arriba y hacia abajo, varias fibras que llevan y traen información sensitiva y motora de la médula espinal. Esta estructura es en realidad un puente que conecta hacia arriba el cerebelo con el cerebro y hacia abajo el cerebelo con la médula espinal. 
La médula espinal se extiende desde el cerebelo hasta la segunda vértebra lumbar. Estructuralmente está conformada por materia gris (en su parte más interna), materia blanca (rodeando la materia gris), tractos sensitivos largos (fibras nerviosas a lo largo de la médula) y nervios espinales que se extienden hacia los lados y hacia abajo. Como se trata de una parte muy delicada, la médula espinal se encuentra protegida por la cavidad craneana (en la parte superior) y por el canal vertebral, que incluye vértebras cervicales, dorsales y algunas lumbares. La médula espinal es tan delicada que no entra en contacto con las paredes de la cavidad por donde se extiende, flota en medio del líquido cefalorraquídeo. Desde la médula espinal, por entre los espacios de cada vértebra, salen los nervios espinales, fibras nerviosas que sirven para conectar la médula (y por tanto el cerebro) con el resto del organismo, ya sea a través de las fibras aferentes o eferentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario