viernes, 15 de noviembre de 2013

Bases biológicas de la conducta - III

El sistema nervioso periférico se trata de una red ramificada de nervios lo suficientemente extensa como para que ni un milímetro de nuestro cuerpo este exento de ella. Esta red compuesta por los ases de los axones de muchas neuronas, conectan el sistema nervioso central con el cuerpo y sus diferentes partes. Según el tipo de fibras y el lugar desde donde nacen, se distinguen dos tipos de nervios: los nervios craneanos y los nervios espinales. Vale la pena aclarar que ésta no es una subdivisión del sistema periférico, sino de los tipos de fibra que la componen. A las fibras que nacen del encéfalo y se ramifican en la región encefálica se conocen como nervios craneanos. 
Estos nervios conectan los órganos sensoriales con el cerebro y conducen información del cerebro a los músculos de la cabeza y el cuello. Se reconocen 12 pares de nervios craneales, de los cuales, 9 tienen funciones sensoriales, es decir están involucrados con la vista, el tacto, etc.; 9 son motores, están involucrados con movimientos musculares; y 2 son parasimpáticos, es decir que están relacionados con movimientos de músculos involuntarios como los del corazón. El otro grupo de nervios, ya mencionados anteriormente, son los nervios espinales. 
Éstos nacen de la médula espinal y se ramifican a través de los agujeros intervertebrales, lo que les permite una mayor extensión a lo largo del cuerpo. Según la dirección en la que los nervios transportan la información, pueden ser de dos tipos, aferentes o eferentes. a) Las fibras aferentes, son las encargadas de llevar la información desde afuera hacia la médula y el encéfalo; estas fibras, por ejemplo, reciben información sobre el clima y le envían esa información al cerebro. b) Las fibras eferentes transmiten la información del Sistema Nervioso Central hasta la periferia, como por ejemplo a los músculos del cuerpo, el movimiento que realizamos de los brazos y las piernas en una caminata. En cuanto a estructura, el sistema nervioso periférico está compuesto por dos sistemas. Por una parte se encuentra el sistema nervioso somático, que se encarga de conectar el sistema nervioso central con los músculos voluntarios. 
Desde este sistema, es posible enviar a los músculos del cuerpo, las órdenes necesarias para realizar una acción voluntaria como llamar por teléfono o caminar hacia otra habitación. Por otra parte, se encuentra el sistema nervioso autónomo, que se encarga de conectar al sistema nervioso central con los órganos internos, las glándulas y los músculos sobre los cuales tenemos poco control de forma voluntaria, como ser los intestinos. 
El sistema autónomo está compuesto a su vez por el sistema simpático y el sistema parasimpático. 
El sistema nervioso simpático se encarga de preparar al cuerpo para utilizar la energía, por ejemplo, al momento de correr, hace que el corazón aumente sus latidos para que éste también pueda bombear más sangre y el cuerpo pueda acelerar su movimiento. 
El sistema nervioso parasimpático, sin embargo, se encarga del proceso opuesto, ya que la tarea de este sistema es estimular procesos que permitan la conservación de la energía. Según el ejemplo expuesto anteriormente, este sistema buscaría la disminución de los latidos para que el cuerpo se detenga, redireccionando para ello el flujo de la sangre hacia otras partes del cuerpo, de modo que el organismo se detenga. 
Aunque la descripción del funcionamiento de los dos sistemas pareciera antagónica, ambos sistemas actúan de forma coordinada, ya que cada uno provee al organismo del control necesario de los movimientos musculares y flujos, para que el organismo, en conjunto, logre realizar una tarea en las mejores condiciones que sea posible y sin generar daños por sobrecarga o sobreestimulación.

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