5.4 Teorías no psicoanalíticas de la personalidad
La teoría psicoanalítica planteada por Sigmund Frued tuvo una gran influencia en muchos autores,
incluyendo autores más contemporáneos como Adler y Erickson. Sin embargo, no ha sido una
teoría exclusiva para comprender la personalidad. Si bien los aspectos sociales y culturales se
comenzaron a apreciar a partir de Karen Horney, hoy en día no se puede concebir la
estructuración o conformación de la personalidad como algo en lo que no interviene la voluntad
propia; es así que en su momento también se le dio importancia a teorías que no tenían base
psicoanalítica.
a) Teoría Humanista de Rogers. Este autor no está de acuerdo con la teorías que plantea el
psicoanálisis, ya que considera que al concentrarse en luchas ocultas, conflictos y problemas de la
infancia, sostienen una visión oscura de la personalidad, desconociendo las verdaderas
potencialidades que tiene el ser humano y la tendencia que éste tiene hacia el crecimiento, la
dignidad y la autodeterminación. Para este autor, cada persona es en gran medida responsable de
lo que sucede en su vida. Tanto el destino como el comportamiento están en manos de cada uno.
Por otra parte, no niega la importancia del pasado en el presente pero considera más importante
la capacidad que tiene el ser humano de salir adelante y la tendencia natural al crecimiento
personal.
b) Teoría del aprendizaje social de la personalidad. Desde esta teoría, las diferencias en el
comportamiento se deben a la variación en las experiencias de vida que todos tenemos. La
personalidad es el fruto de un proceso de aprendizaje, desde pequeños aprendemos la
información (pensamientos) que sostiene nuestras conductas y aprendemos también las
conductas mismas. Esto sucede porque observamos a los demás comportarse de una manera
determinada; nuestros primeros modelos de comportamiento son nuestros padres. Lo que indica
que el aprendizaje no se da de manera pasiva, cada persona define sus modelos y aprende de ellos
en base a la evaluación que hace de las consecuencias de su conducta, es decir que seguiremos
como modelo de personalidad a aquellas personas que muestren éxito con sus conductas. El
tiempo se encargará también de obligar a la persona a aplicar procesos de autorregulación de sus
propias respuestas
c) Teoría del modelo de Rasgos de Cattell. Para este autor, la personalidad es la conformación de
diferentes rasgos, que se encuentran presentes en todas las personas en otra dimensión. Estos
rasgos tienen esencialmente un carácter innato, puesto que desde pequeños se pueden evidenciar
ciertas pautas de la personalidad. Cattell distingue los rasgos que componen la personalidad en
tres grupos. a) Los rasgos temperamentales, que son determinados de forma innata y que por lo
tanto muestran mayor estabilidad a través del tiempo, b) Los rasgos dinámicos, son los rasgos que
pueden variar según la intensidad de los impulsos y del grado de privación o saciedad, entre estos
estarían la motivación y los estados afectivos, y c) Los rasgos de habilidades, que se refiere a las
destrezas que tiene una persona para desarrollar ciertas tareas y con las que cada persona se
caracteriza. Con respecto a este tipo de rasgos, Cattell consideraba que tenían un fuerte
componente hereditario y que por lo tanto, al igual que los rasgos temperamentales, tienen una
fuerte consistencia temporal. La teoría de Cattell ha significado la clasificación de la personalidad
en 16 factores de personalidad, que incluso hoy en día se consideran al momento de evaluar la
personalidad.
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