Aborda el problema de la naturaleza en el mismo sentido que
Tales. "No se pregunta qué son las cosas, sino de dónde proceden, de qué están hechas y cómo
se hacen." El primer principio según Anaximandro es el "Ápeiron", lo indeterminado, ilimitado, lo
indefinido. No es una finitud en abstracto, sino una materia primordial, inmutable, incorruptible
generadora de todos los seres y a la cual todos retornan: "Viene a ser una especie de nebulosa, o
materia plástica proteiforme, equivalente a caos de las antiguas cosmogonías, que no es ni agua,
ni tierra, ni aire, ni fuego, sino anterior a todas las determinaciones y a todos los contrarios."
Aristóteles la interpreta como una mezcla confusa de elementos, los cuales se van separando
después por el movimiento. Considera que: "El ápeiron queda fuera del cielo, envuelve, contiene, y
gobierna todas las cosas." Para explicar la formación de las cosas enseña un proceso de
separación de contrarios. El interior de la masa confusa es agitado por un movimiento eterno,
creando remolinos, originando así separación de cada una de las cuales se forman otros mundos.
"Con esta contraposición entre los cosmos limitados y el ápeiron limitado, queda definida la
oposición fundamental entre "finitud" e "infinitud" o limitado que recogerán los posteriores presocráticos."
Anaximandro "creyó que las cosas no nacían de una sola sustancia, como Tales del
agua, sino cada una de sus propios principios particulares. Creyó que estos principios de las cosas
singulares eran infinitos y que daban origen a mundos innumerables y a cuantas cosas en ellos
nacen, y sostuvo que estos mundos se disuelven y nacen otra vez, según la edad a la que cada
uno es capaz de sobrevivir."
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