Tras la década de 1960, el desarrollo de la llamada “filosofía técnica” ha sido muy importante. La
actividad filosófica se encuentra, fundamentalmente, confinada en los departamentos de filosofía
de las universidades y en las revistas especializadas, y ha alcanzado un notable nivel de
complejidad que exige una preparación adecuada. Durante las últimas décadas del siglo XX se ha
seguido manteniendo la fuerza de la filosofía analítica, que ha dominado la producción filosófica
anglosajona. En la llamada “tradición continental”, la influencia analítica ha aumentado su
presencia. Sin embargo, distintas escuelas filosóficas que plantean problemas nuevos han
desarrollado sus teorías. Entre ellas, merecen ser citadas las tres siguientes orientaciones. En
primer lugar, el desarrollo de la filosofía hermenéutica, representada fundamentalmente en la obra
de Hans-Georg Gadamer. En segundo lugar, las aportaciones de una crítica de la sociedad,
representadas por los herederos de la Escuela de Frankfurt y, en especial, por Jürgen Habermas.
En tercer lugar, las filosofías postestructuralistas, que recogen la herencia del estructuralismo y
realizan una crítica a la llamada sociedad posmoderna, y que cuentan entre sus representantes
más relevantes, a los filósofos franceses Michel Foucault, Gilles Deleuze y Jacques Derrida, entre
otros.
Es importante hacer referencia dentro de la contemporaneidad a las reflexiones de la filosofía
latinoamericana y la boliviana que de un tiempo a ésta parte, se constituye en un aporte
fundamental al pensar filosófico universal.
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