Los estudiantes se juegan durante el periodo de pruebas su futuro académico y hacer bien los exámenes es una preocupación para ellos.
Antonio Labanda, psicólogo y director técnico del Instituto de Orientación Psicológica, y Antonio Grau, nutricionista e investigador en Instituto de Trastornos Alimenticios (ITA), aconsejan seguir una serie de pautas para hacer el estudio más eficaz, disminuir el estrés en los exámenes y, en definitiva, obtener el máximo rendimiento.
En definitiva, la tranquilidad, confianza, orden y una alimentación saludable son los factores primordiales para afrontar con éxito las pruebas finales.
CLAVES BÁSICAS DE ORGANIZACIÓN
El psicólogo Antonio Labanda nos desvela las claves básicas de organización que aseguran un rendimiento óptimo en tiempo de exámenes:
• Dormir bien: dormir una media de ocho horas y descansar es fundamental para asentar los conocimientos adquiridos.
• El especialista sugiere un estudio moderado en víspera del examen y no realizar excesos para poder gozar de un rendimiento y una concentración excelente.
• Hidratarse: la neuropsicología asegura que la hidratación mejora el rendimiento cognitivo. Labanda aconseja beber agua cada poco tiempo para hidratar el cerebro y así evitar posibles dolores de cabeza y mejorar las condiciones de aprendizaje.
• Orden en el lugar de estudio: el estudiante debe estar ubicado en un lugar bien iluminado, a una temperatura aproximada de unos 20ºC, con un escritorio y una silla apropiada que le permita estar en una posición cómoda durante las horas de trabajo.
Además, el experto aconseja prescindir de dispositivos que puedan interrumpir la concentración como televisión, móvil o videoconsolas.
• Una habitación ventilada, ordenada, limpia y sin ruido ayuda a la mejora de la atención y el rendimiento.
• Proponerse metas realistas: la auto exigencia puede provocar estrés y ansiedad, por lo que es adecuado plantearse metas factibles para no caer en la depresión, la desmotivación o incluso en el abandono del estudio.
• Tiempo de descanso: se recomienda reposar 15 minutos cada hora y media. Además, es preferible estudiar menos horas seguidas y hacer pausas periódicas a estar toda la noche en vela memorizando sin tregua.
TÉCNICAS DE ESTUDIO
Las técnicas de estudio ayudan a la organización. El psicólogo nos explica las premisas para estructurar de forma clara los contenidos:
• Lectura rápida de lo que se va a estudiar; saber de qué trata la materia y entender.
• Lectura comprensiva: lectura lenta para aclarar la información.
• Subrayar: resaltar las ideas principales y las ideas secundarias prescindiendo lo más trascendente.
• Elaboración de resúmenes y esquemas.
• Estudiar la información que hemos considerado relevante.
• Repasar pasa asentar y asimilar los conocimientos adquiridos.
• Alternar materias y elaborar planes de estudio: Las rutinas horarias son tan imprescindibles como las buenas técnicas de estudio.
• Labanda aconseja comenzar a estudiar materias con un nivel de dificultad medio, continuar con disciplinas con un nivel de dificultad alto y por último concluir con asignaturas con un nivel de dificultad bajo.
LA ALIMENTACIÓN TAMBIÉN IMPORTA
Pero la organización y el descanso no lo es todo, la alimentación también es un agente esencial para la obtener los resultados deseados. Antonio Grau, nutricionista del ITA, nos aconseja seguir una serie de recomendaciones:
• Bebidas y sustancias energéticas: según el experto los complementos vitamínicos de estimulación de memoria no están testados científicamente. En muchos casos los estudiantes ingieren sustancias como guaraná, pastillas de cafeína e incluso anfetaminas, haciendo un uso no indicado de estas sustancias, en algunos casos, ilegales.
• Alimentación: la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja mantener las cinco ingestas diarias, esto va a permitir un proceso digestivo óptimo. Los alimentos no deben tener exceso de grasas para favorecer el proceso metabólico.
• Cuando picamos entre horas el sistema digestivo está en constante funcionamiento, el flujo sanguíneo se concentra en los órganos digestivos, esto puede provocar la reducción de la concentración y el rendimiento, sueño, y problemas de obesidad, por lo que el especialista recomienda no hacerlo.
• Siempre ha existido el tópico de que algunos alimentos como el chocolate pueden ayudarnos a aumentar el rendimiento mental. Según Grau, esto no está demostrado científicamente, pero lo cierto es que el chocolate negro provoca un efecto relajante o balsámico que indirectamente puede favorecer la concentración.
• Ejercicio físico: la ansiedad es el principal veneno de la concentración a la hora de realizar alguna actividad intelectual como estudiar, por lo que realizar actividades físicas de forma moderada puede ayudar a reducir el estrés.
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