1. Palabra que funciona sintácticamente como un sustantivo, pero que, a diferencia de este, carece
de contenido léxico propio, y cuyo referente lo determina su antecedente o la situación
comunicativa.
2. pronombre clítico. Pronombre átono que, por carecer de independencia fónica, se une, a
efectos de pronunciación, con el elemento tónico (siempre un verbo) que lo precede o que lo
sigue. En español son me, te, se, nos, os, lo(s), la(s), le(s).
3. pronombre enclítico. Pronombre clítico (→ 2) que sigue al verbo y se escribe unido a
este: hazLO, dáSELAS.
4. pronombre personal. Los pronombres personales son los que hacen referencia a alguna de las
tres personas gramaticales —primera: la persona que habla; segunda: la persona a quien se habla; y tercera: la que se refiere a cualquier otra persona o cosa—. Pueden ser átonos: me, te, se, nos,
os, lo(s), la(s), le(s); o tónicos: yo, tú, vos, él, ella(s), ello(s), usted(es), nosotros/as, vosotros/as, mí,
ti, sí.
5. pronombre proclítico. Pronombre clítico (→ 2) que precede al verbo: TE vi, ME LO dijo.
6. pronombre relativo. → relativo.
7. pronombre reflexivo. Pronombre personal cuyo antecedente es generalmente el sujeto, tácito o
expreso, de la oración en que aparece. Pueden ser átonos: María SE peinaba; o tónicos: La atraje
hacia MÍ con suavidad; Tu hermana solo piensa en SÍ misma. A veces el antecedente no es el sujeto
de la oración, pero sí el de una paráfrasis implícita en la secuencia en que aparece el
reflexivo: Siempre te ayuda la confianza en TI mismo [= la confianza que tú tienes en ti mismo].
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