Demostrativos. Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, pueden
ser pronombres (cuando ejercen funciones propias del sustantivo): Eligió este; Ese ganará; Quiero
dos de aquellas; o adjetivos (cuando modifican al sustantivo): Esas actitudes nos preocupan; El
jarrón este siempre está estorbando. Sea cual sea la función que desempeñen, los demostrativos
siempre son tónicos y pertenecen, por su forma, al grupo de palabras que deben escribirse sin
tilde según las reglas de acentuación: todos, salvo aquel, son palabras llanas terminadas en vocal o
en -s (→ 1.1.2) y aquel es aguda acabada en -l (→ 1.1.1). Por lo tanto, solo cuando en una oración
exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra de las
funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal.
Así, en una oración como la del ejemplo siguiente, únicamente la presencia o ausencia de la tilde
en el demostrativo permite interpretar correctamente el enunciado: ¿Por qué compraron aquéllos
libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración); ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el
sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al sustantivo libros). Las formas
neutras de los demostrativos, es decir, las palabras esto, eso y aquello, que solo pueden funcionar
como pronombres, se escriben siempre sin tilde: Eso no es cierto; No entiendo esto.
Interrogativos y exclamativos. Las palabras adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto,
dónde, qué y quién, que tienen valor interrogativo o exclamativo, son tónicas y llevan tilde
diacrítica. Introducen enunciados directamente interrogativos o exclamativos: ¿Adónde vamos?;
¡Cómo te has puesto!; ¡Qué suerte ha tenido!; ¿De quién ha sido la idea?; o bien oraciones
interrogativas o exclamativas indirectas: Pregúntales dónde está el ayuntamiento; No tenían qué
comer; Imagínate cómo habrá crecido que no lo reconocí; Verá usted qué frío hace fuera. Además,
pueden funcionar como sustantivos: Se propuso averiguar el cómo, el cuándo y el dónde de
aquellos sucesos. (→ adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto, dónde, qué, quién).
Estas mismas palabras son átonas —salvo cual, que es siempre tónico cuando va precedido de
artículo— cuando funcionan como relativos o como conjunciones y, por consiguiente, se escriben sin tilde: El lugar adonde vamos te gustará; Quien mal anda, mal acaba; El que lo sepa que lo
diga. (→ adonde, como, cual, cuan, cuando, cuanto, donde, que, quien).
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