Etimológicamente, estudio del ente, entendiendo por tal lo existente en cuanto existente. Se ocupa
de la característica más común de todo cuanto existe, el ser, e intenta responder a la pregunta de
qué es necesario para que algo sea o exista y si hay diversas maneras de existir o ser . El término
aparece hacia el siglo XVII y entra en el vocabulario filosófico por obra del filósofo racionalista
alemán Christian Wolff. Aunque pueda confundirse a veces con la metafísica y, de hecho «el
estudio del ente en cuanto ente» es la manera como Aristóteles define a la filosofía primera, que la
tradición llamó metafísica, la ontología ha conseguido su objeto propio de estudio a lo largo de la
historia.
La filosofía escolástica atribuyó a la metafísica general el estudio del ser en general, y se
fue confiando a otras metafísicas más específicas el estudio de entes particulares (Dios, el alma
humana, el mundo, etc.), que luego recibieron otros nombres más específicos, como teodicea,
psicología, cosmología, etc. Wolff usó indistintamente los nombres de ontología, metafísica general
y filosofía primera. Para Kant es la ciencia del conocimiento sintético a priori de las cosas, es decir, de aquellos principios del entendimiento que hacen posible el conocimiento de las cosas. Por lo
mismo, se identifica con su filosofía trascendental, y no con el conocimiento de objetos que estén
más allá de la experiencia. Con Kant, el estudio de las características generales de las cosas se
traslada de éstas al interior del espíritu humano y se convierte en el estudio de las condiciones
trascendentales que las hacen posibles como objetos de conocimiento. En realidad supone la
desaparición de la metafísica como ciencia y, con ella, de la ontología como parte de la misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario